Hallan la fuente de los rayos cósmicos procedentes de una supernova en el frente de choque de su remanente.
Un equipo de astrónomos liderados por Sladjana Nikolić, del Instituto Max Planck de Astronomía en Heidelberg, ha dibujado un mapa de las propiedades del gas eyectado por la explosión de la supernova SN1006, estudiando su evolución tras el choque con el medio interestelar. Según apuntan los investigadores en un artículo publicado en Science Express, la interacción entre ambos materiales causaría la producción de protones supratermales, que se mueven mucho más rápido de lo esperado dada la temperatura del ambiente y que serían responsables del origen de los rayos cósmicos.
SN1006 (el número indica el año de su descubrimiento) es una de las supernovas galácticas más estudiada por los telescopios terrestres y espaciales, debido tanto a su cercanía de nuestro planeta como a su reciente descubrimiento, en términos astronómicos. Según los registros históricos, fue visible incluso de día en los cielos australes, llegando a rivalizar en brillo con la Luna y el planeta Venus. En tiempos recientes, gracias a instrumentos de observación capaces de proporcionar imágenes cada vez más detalladas, los astrónomos han encontrado en sus alrededores un refulgente anillo de material en expansión, que constituye el frente de onda producido por la explosión ocurrida en época medieval.
El estudio de esta región del remanente con una nueva técnica de observación ha permitido a Nikolić y sus colaboradores extraer información muy valiosa y relacionar los procesos de altas energías que acontecen allí con el origen de los rayos cósmicos. Gracias a las imágenes tomadas con un espectrógrafo óptico de campo integral montado en el Gran Telescopio (Very Large Telescope) del Observatorio Europeo Austral (ESO, por sus siglas en inglés), los investigadores han logrado obtener una imagen muy detallada de lo que está ocurriendo en el interior y alrededor del frente de choque de su remanente. Según la astrónoma del instituto alemán, con este instrumento «hemos podido sondear una región interna al frente de choque donde se encuentran protones acelerados a velocidades de unos 1000 kilómetros por segundo».
Según la teoría, esas partículas subatómicas serían precisamente las responsables de producir los rayos cósmicos, procedentes en su mayoría de las explosiones de supernovas de la Vía Láctea y que bombardean constantemente nuestro planeta a velocidades cercanas a la de la luz. Afortunadamente, la presencia de la atmósfera protege a cualquier ser vivo en la Tierra del efecto dañino que estos rayos pueden tener en los tejidos orgánicos.
«La técnica de observación utilizada podría ser la clave para resolver el enigma sobre la producción de los rayos cósmicos en todos los remanentes de supernova», concluye Glenn van de Ven, coautor del trabajo científico, por lo que los astrónomos prevén ahora aplicar este método a objetos estelares de la misma clase.
Por otro lado, un estudio publicado también en la revista Science ha revelado por primera vez una relación directa entre los remanentes de las supernovas IC 443 y W44 y los rayos cósmicos, a partir de observaciones en la banda de los rayos gamma con el telescopio espacial Fermi de la NASA.